28 de diciembre de 2011

Habitaciones


Habitaciones que se bifurcan,
que se multiplican y no terminan.
Que son distintas y son todas la misma.

Pasillos que no conducen ni extravían.

Helados muros que devuelven, indiferentes,
el eco angustiado de mi voz que te llama.

Y en el medio de todo
mis pasos, quietos, sin destino,
mi alma yacente, precipitada
en el abismo de tu ausencia.


De Destierro
Publicado en Inventiva social y en el libro electrónico Camino al andar

24 de diciembre de 2011

Niño (estampa navideña)

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado
-Miguel Hernández-

Niño. Niño del extrarradio. Niño de los cartones y el gesto huraño.

Déjame en esta noche cantarte, niño esquivo; deja que mi palabra te acaricie; que este grito de sangre que me agobia surja feroz y ardiente como un magma de espanto, como una sonora bofetada en el rostro impasible de los dioses.

Atrás, lejos, muy lejos, hay la caricia de una madre, un recuerdo borroso que tu piel, hoy endurecida por lluvias y quebrantos, evoca muy de cuando en cuando, quizá para escapar al miedo de las noches pobladas por expectantes ratas, gritos enloquecidos y algún llanto lejano. Niño.

Tu luna de cristal es la farola de la esquina, que una piedra a destiempo borra sin el menor remordimiento, sumiendo en las tinieblas tus años infantiles. Niño.

En tu mano surcada por miríadas de líneas, falta una: La línea del futuro. Acaso la borraron otras líneas menos inofensivas: las hondas cicatrices que dejan los cristales, las latas, las traidoras astillas escondidas. Niño.

Hubo quien te enseñó que una navaja abierta es la estrecha frontera entre el frío y la nada. Que un silencioso uniforme en la distancia puede significar la pérdida del cielo que cobija tus sueños, si es que soñar aún no es imposible. Que la noche es un hediondo basural donde encontrar aquello que la suerte te niega. Niño.

Niño de ropa vieja y mejillas manchadas, sospechoso habitual, espectro sin respuesta. Niño.

Niño gris de chatarra, papel y heridas sucias. Niño de octubre sin zapatos ni amor ni primaveras. Niño de negros ojos y silencio en los labios. Niño sin videojuegos ni esperanzas, sin lágrimas ni risa, sin un abrazo confortable, sin futuro. Niño de otoños largos sin música ni escuela, sin papá noel ni reyes magos, niño sin villancicos. Niño ajeno a ese mundo de escaparates encendidos y cenas navideñas. Niño de la inocencia asesinada. Niño que te repites por todas las esquinas. Niño que una mañana no amaneces. Niño.


De Prosas breves.
Publicado en Revista Almiar, MorsaDice y Al Andar

20 de diciembre de 2011

Matrioska


Alma
cautiva en un cuerpo
anclado en una celda
la más oscura celda de una prisión infinita
arraigada en el corazón de una ciudad sin nombre
la más anónima de todas las ciudades
de aquel mundo perdido entre millones
de planetas
__________estrellas
__________________nebulosas
en constante movimiento.

Y sin embargo, todo
parece suspendido en el instante.


De Por si mañana no amanece
Publicado en Inventiva social, IslaNegra, MediaIsla poeMartes, La Máquina de escribir y Mis poetas contemporáneos.

16 de diciembre de 2011

Astros negros


Hay una muchedumbre de astros negros celestes
allende las fronteras que idearon los dioses,
allá donde los niños y los ancianos héroes
juegan sin entusiasmo a juegos no inventados
y las blancas alas de los serafines proletarios
dibujan círculos rectangulares en pos de un ángel
que, mudo, sonríe con maldad infinita
contemplando el tragicómico deshojar de margaritas
de las enamoradas vírgenes armadas de compases y pestañas.

(¡Ah, no!. No me digáis que el escenario está vacío
y los gusanos ya volaron en busca de otros muertos)

Raudos trenes expresos transportan inexpresivos
las tardías sensaciones de los recién nacidos
condenados a viajar perpetuamente en el vagón de cola
o en abrasantes utilitarios desparramados
por las derretidas venas de una vasta metrópoli
mientras se desploman aviones de un cielo tormentoso
entre humo terror y sangre y llamas.

¡Todo es noche incendiada!
¡Todo es infierno y caos!
¡Todo es un sanguinario pico destronando
las absurdas esperanzas de los cielos!

Hoy quisiera contar que entre soles y estrellas
una niña fugaz sonríe tristemente.
___________________________Quisiera
convencerme de la inocencia de las flores,
del vago resplandor de los espejos
que largamente reflejan la nada que nos cubre.
Quisiera decir sencillamente "hasta mañana"
y amanecer sin un rasguño al otro lado,
mas la noche, burlona, jugó sus cartas marcadas
y su canción anuncia que nunca volveremos.

Despertar
__________es la temible venganza de las nubes.


De Extrañamientos y rescates
Publicado en Arte Poética, en la web de Isabel Miralles y en la antología Poemas Quietos.

10 de diciembre de 2011

Sin destino en la ciudad


Caminar sin destino en la ciudad
es una forma de recuperar estampas,
vacíos antiguos, veladas ruinas.

La luz de una vidriera nos dice quienes fuimos,
ajustamos el paso a las baldosas
blanquinegras que adornan las aceras,
todo retorna a su vieja asimetría.

Caminar sin destino entre las gentes,
bajo el ruido que reina en la ciudad,
es una forma de saber que estamos vivos.

A nuestro alrededor los rostros deambulan,
en los gestos hay un rastro de armonía,
puede sentirse el calor entre las calles.

Pero alguna vez todo calla de repente:
cesan las conversaciones que nunca sucedieron,
se apaga el brillo de los escaparates,
nadie ríe, nadie celebra, nadie canta,
nadie grita sobre el silencio del asfalto.

Y entonces uno sabe que todo forma parte
del mismo sueño que incesantemente se repite
(como una siniestra tortura de los dioses)
sobre las turbias almohadas de la noche.


De Metropolicromía

7 de diciembre de 2011

Cansancio

Es cierto que cuando se ha caminado mucho, y aunque a pesar de todo no se haya llegado muy lejos, o quizá precisamente por eso, tiende a apoderarse de nosotros un cansancio que, por desconocido e inesperado, nos desconcierta. En tales casos, uno piensa que tras una larga y apacible noche junto a un hogar cálido, sobre un lecho confortable y al abrigo de las mantas, todo será de nuevo como al principio, que se habrá borrado la fatiga y podrá reanudarse el camino con renovadas energías. Pero en ningún modo es así. Este cansancio es persistente y no bastan la noche, el hogar y las mantas para hacerlo desaparecer. Aun si la noche fuese tan larga como el día que la precedió -ese prolongado día que fue testigo de nuestro arduo caminar- no hay garantía alguna de recuperación. Así, cuando amanece -si hemos de suponer que tal cosa puede ocurrir en realidad- la fatiga es casi tan grande como en el momento en que nos tendimos a descansar. Quisiéramos dormir un rato más, sentarnos junto al fuego, demorarnos un poco aún junto al umbral, pero el Posadero nos ha acompañado hasta la puerta y, con gesto amable, nos mira como invitándonos a partir. Su mirada es tranquila y quizá hasta compasiva, pero el mensaje que se desprende de ella es inequívoco: Debemos reemprender la marcha de inmediato. Y así lo hacemos. Resignadamente. Nos despedimos con un gesto, retomamos el sendero, verificamos la ruta -aun sabiendo que toda ruta es ilusoria- y nos preguntamos si algún día, por fin, llegaremos. Tal vez nos ayudase -pensamos- saber a qué lugar nos dirigimos.

De Prosas breves
Publicado en Revista Almiar, MediaIsla proSábado, boletín Misioletras nº 86 y en el libro electrónico
Camino al andar.

2 de diciembre de 2011

Para no regresar


Para no regresar
quemé los calendarios
como si fueran puentes.

¡Inútil ejercicio! Las cenizas
impregnaron mis ropas; me dejaron
un olor a nostálgicos licores,
una canción dormida entre los labios,
el lacerante poso de una ausencia.


De Por si mañana no amanece

29 de noviembre de 2011

Te odiarán


Te odiarán
si caminas.

Por su cojera,
por tu obstinación.

Te odiarán
sin saber que los zapatos hacen callos.

No te perdonarán.
Cada paso adelante será como un zarpazo,
como un escupitajo, una blasfemia,
lanzados contra sus cómodos divanes.

Te odiarán.
Con fingida indiferencia,
sembrarán los senderos de emboscadas.
Tejerán intrincados laberintos
que te guíen a ciudades lejanas y desiertas.

Azuzarán en tu contra los canes de la confusión.
Ciegos, querrán extraviarte.
Minarán con palabras maquilladas los matojos,
las piedras, las esquinas, los zaguanes habitables.
Levantarán por doquier edulcorados muros.
Con manos sigilosas, edificarán decorados
de cartón-piedra, neón y terciopelo,
en un desesperado intento por comprarte.

Pero sus telemandos carecen de poder en estas calles
porque el camino es tu única bandera.

Y así, caminarás,
provocando el odio a tu alrededor,
caminarás,
sin una meta explícita pero con un deseo,
caminarás,
tal vez únicamente en pos del fugitivo espejo,
caminarás
sin saber que el camino no es un medio
________________________sino un fin en sí mismo.


De La estrecha senda inexcusable
Publicado en Arte Poética, Revista Almiar, Inventiva social, El gato de Hank, en el libro electrónico Senda y en la antología Versos sin Bandera.

26 de noviembre de 2011

La luna

__________________________________________ La luna
con su eterna tristeza de único testigo
contempla el mar.
_______________El hombre
a la orilla parado de ese mar en tinieblas
medita y calla; sueña
ciudades sumergidas en las profundidades.
(Apócrifos recuerdos recobrados de pronto)

La quietud de las olas delata tempestades
que han de llegar. La calma,
el silencio del viento,
presagian oceánicas batallas
que han de inquietar el pecho del viajero,
llagando con sus fieras marejadas
el alma de la noche adormecida.

Después la mañana, el hombre
a la orilla parado de esas olas en calma
recordando ciudades sumergidas
más allá del olvido.


De La estrecha senda inexcusable
Publicado en el libro electrónico Camino al andar

22 de noviembre de 2011

¿Adónde irás?


¿Adónde irás, pequeño 
ángel mendigo de sol y de silencio? 
¿Acaso han de juzgarte las estrellas 
por haber merendado sonrisas de oreja a oreja 
de simpáticos vendedores a comisión 
de sepulcros llameantes metalizados en gris? 
¿Quién te buscará entre las paginas amarillentas 
de un polvoriento libro de poemas? 
¿Qué será de tus juegos infantiles 
archivados en la noche de los tiempos? 
¿Adónde irás cuando el sol te abandone 
y te arrebaten el silencio que te acompaña? 
¿Adónde con tu soledad de vampiro? 
¿Dónde sepultarán tus trenzas imaginarias 
de astronauta abandonado entre las flores? 

Tu expresión conspirante de una juventud negada, 
la huella imperdonable del trabajo, 
el polvo y el sudor y el esfuerzo rutinarios, 
la sonrisa triste de tus labios resquebrajados, 
¿Adónde irán? ¿Adónde 
desesperadamente viejos y cansados 
nos conducirás cuando tus manos encallecidas 
no puedan ya elevarse sobre nuestras cabezas 
y tu voz oscurecida no pueda ser escuchada 
ni aun por aquellos escasos oídos que en la tarde 
se postraban ante tus vírgenes quimeras 
haciendo del espacio un bosque fiero 
donde escapar contigo del asfalto? 

¿Quién besará tus labios más allá de la noche? 

Antes serás demonio sobre el sueño 
pero cada despedida es una paletada de tierra 
y crepúsculos tormentosos se ciernen amenazantes 
sobre nosotros los desesperados 
soñadores de galaxias entrelazadas. 
Publicado en Revista ELFOS, Mecenas, Inventiva social
revista Alhucema y en el libro Poemas Zaragoza 1990

16 de noviembre de 2011

Bajo la alfombra


Todo el mundo sabe
que a los poetas los carga el diablo.
Por eso todo el mundo
mete a sus poetas bajo la alfombra
cuando vienen visitas
o los encierra con llave
en una habitación sin fondo
a ver si hay suerte y al abrir la puerta
han desaparecido para siempre
tragados por los bosques de arena
o bifurcados en las intersecciones
de los puentes heptagonales.

Pero toda precaución es poca:
A través de alfombras y paredes,
de océanos y siglos, de barrotes,
la palabra se expande, primavera
de voces desgajadas por el valle,
río de aguas voraces que se acerca,
feraz enredadera trepándose a los muros,
penetrando ventanas, expandiéndose
por el aire de todas las estancias
y estallando en rotundas espirales
que estremecen lámparas y muebles
en nombre del poeta sepultado
bajo perversas lápidas de olvido.


De Por si mañana no amanece

12 de noviembre de 2011

Sombras


¿No veis, de vez en cuando, alguna sombra que cruza?

Sombras, sí: sombras que deambulan a nuestro alrededor; sombras sin nadie que acaso sólo tratan de atraer nuestra atención para evadirse siquiera un instante a su funesta condición de espectros dolientes, o esas otras, violadas por los dioses de la decepción, que intentan rozarnos en su ciego tránsito para arrastrarnos a ese mundo suyo de irrealidades, o de realidades intangibles que nunca seríamos capaces de comprender. Pero en todo caso, sombras que habitan entre nosotros sin desvelar su naturaleza, su nombre, su cifra; sombras que nos conocen y escuchan los latidos de nuestros corazones, que en las noches insomnes se acurrucan en los rincones; sombras que sólo toman cuerpo entre los pliegues del sueño o en los incomprensibles recovecos del tiempo... Sombras que acaso sólo estén mirándose en el espejo de nuestra inconsistencia, sombras como nosotros: fugaces sombras que apenas existimos...


De Prosas breves
Publicado en la revista Con voz propia, Revista El Grito y en el libro electrónico Camino al andar.

8 de noviembre de 2011

Caminamos


Por las obtusas calles de lo cotidiano
caminamos.
Sin nadie a los costados,
con una incomprensible guía en el bolsillo
y una no menos incomprensible fe en nuestro itinerario.

Alrededor hay rostros que nos miran con desconfianza,
acaso horrorizados
o interrogantes,
o indignados,
o con fingido espanto santiguándose,
y en todo caso, ajenos, del otro lado de la vía.

Pero en cualquier esquina nos asalta
el rostro cómplice que nos contempla con cierta admiración
y cuya sonrisa nos empuja a seguir dibujando senderos
para los pies descalzos del mañana.

Y entonces la nieve en los zapatos ya no resulta tan pesada
ni vacilamos ante los inclementes empujones
o las mezquinas zancadillas que se van alzando a nuestro paso.

Aun así, las calles son las mismas que nos vieron
echar a andar en una madrugada yacente en el olvido.

Tal vez no hagamos más que dar vueltas en círculo,
erráticos vaivenes en la oscuridad.

Y sin embargo, caminamos,
sin nadie a los costados caminamos,
con una obstinación quizá heredada
de aquellos otros que algún lejano día caminaron
forjando sin saberlo caminos útiles,
ciudades habitables y espíritus.


De La estrecha senda inexcusable
Publicado en Proyecto Patrimonio, Arte Poética, El gato de Hank, Almiar, Inventiva social y la revista RAMPA.

5 de noviembre de 2011

Noviembre


Noviembre es el heraldo de la bruma,
sacerdote en los templos donde el frío
teje las primeras luciérnagas de escarcha.

Noviembre es la premura del mendigo
en busca de un zaguán para sus noches.
La última parada del náufrago urbano.

Noviembre no es un dios, sólo es la herencia
de las lunas de agosto, la resaca
del licor que destilan los otoños.

No acuestes tu palidez en su regazo
ni atices su desidia con tu llanto.

Noviembre no es una promesa ni un rechazo.
Tan sólo el mensajero de la nieve.


De Por si mañana no amanece
Publicado en El Cronista de la Red, Al_Andar y en el libro electrónico Camino al andar.

2 de noviembre de 2011

En la noche más pérfida y brumosa


En la noche más pérfida y brumosa,
por los puñales del dolor cegado,
dando tumbos cual corzo envenenado,
me abandono al hedor de la espantosa

oscuridad sin nombre que me abraza
en su regazo abrupto y desolado
como un mar de petróleo derramado,
con un silencio atroz que me amordaza.

Hoy apuesto mi vida en el tapete,
en el delirio de la cruel fortuna
conociendo lo adverso de mi suerte.

Al azar mi destino se somete,
mas resuena tu voz bajo la luna:
Tus ojos me rescatan de la muerte.


Publicado en Biblioteca del soneto/Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

29 de octubre de 2011

Huésped de las sombras


Ese fue el día en que las fuentes manaron hiel.
La luna, ese crepúsculo, nació sin rostro;
bandadas de palomas negras se cernían
sobre todas las esperanzas de los vivos.
Todo el Otoño lloró aquella mañana.

De nuevo sumergido en las tinieblas
me encontré.
__________ Un arcángel de sangre
vino a sobrevolarme,
negándome la dicha,
oscureciéndome.

Como un derrumbamiento, las bocas se cerraron.

Se agigantó la noche, eternizándose.
Todas las aves cedieron en su canto.
Los ángeles, sin luz, agonizaban.
Una ardilla fugaz tradujo las señales:
no existía respuesta.
______________ Los hediondos
sicarios del infierno voceaban
sus consignas de fuego ininflamado.

Eones transcurrieron, sin memoria.
El vacío creció, ardió la fe en los pábilos.
Todo iba convergiendo hacia la nada.

Mas de repente callaron los demonios.
__________________Desde lejos
una voz desenterró la espada de mi pecho,
una lágrima empapó la sal de mis heridas
y el mundo todo floreció como una enredadera.


De Destierro
Publicado en Poetas del mundo, boletín Misioletras nº 67, en el libro electrónico Camino al andar y en la antología Poemas Quietos (Ed. Mizar)

26 de octubre de 2011

Kiosco antiguo


Tú nos recordarás seguramente,
kiosco antiguo.
Aquellas veces en que aquí estuvimos
Ella y yo, prendidas nuestras manos,
con los ojos amándose en silencio,
tal vez haciendo planes
o comiendo unos bollos, (era todo
tan natural, tan simple, como un río
fluyendo, un vuelo de jilgueros,
una canción sonando entre los árboles).

Tú nos recordarás seguramente,
kiosco antiguo,
tú que conoces la historia del mundo
y albergas la sabiduría de lo inmóvil.
Sé que lo has visto todo, y entre todo,
yo sé que no la olvidas, kiosco amigo,
porque la habitan soles y cometas,
porque su alma alberga paraísos.

Tú recuerdas su voz y recuerdas su risa.
Y el son de sus palabras siempre vivas.
Por eso vengo a ti, mi viejo compañero,
me siento donde entonces, te contemplo.
En mi mudez formulo una pregunta.
____________Y tú, callado, asientes.


De Por si mañana no amanece

20 de octubre de 2011

No quiero cantar


No quiero cantar y se me hacen sangre las palabras
y brotan obstinadas como una vena abierta
encharcando el silencio de la tarde que espera
un tren, una odisea o el fragor de mis gritos.

No quiero cantar pero mis voces no se apagan
y siguen derramando susurros delirantes
hacia el cielo indiferente del crepúsculo.

Mas en las estaciones abandonadas no hay certezas;
tan sólo ausencias
______________ oquedades
______________________ recuerdos de miradas
vagos gestos de adiós como una llaga en la memoria
un vértigo de trenes perdiéndose en la noche...

Sólo la estación desierta
________una voz aletargada entre mis labios
_______________y el eco atroz que no puede escucharse.


De Destierro
Publicado en Boletín Misioletras y El_Ebro

17 de octubre de 2011

Ángel de bruma


Vestido como en el mundo
ya no se me ven las alas.
Sobre los ángeles (1929. Rafael Alberti)

Yo he visto los reflejos que la niebla
esparce en las cunetas y en el cielo;
fui testigo del fuego y de la escarcha;
vi la rebelión del alba en los tejados,
las danzas de los gatos, la partida
de esas nómadas aves que no vuelven,
el verde resplandor del horizonte
perdido entre montañas y jilgueros.

Yo vi caer la nieve sobre la tarde agonizante;
también anochecer en las orillas
de un arroyo que fluye hacia el olvido,
y el fleco de la lluvia en la distancia.

Pero los delirantes dioses me cegaron
por no acatar la fe de los horarios.

Fantasma de mí mismo, vago
por los interminables pasillos
de una realidad que no es la mía.

Sobrevivo
en este invierno largo
contra viento y arena sobrevivo
sin dios ni arma ni salvoconducto.

Sobrevivo
letra a letra, incoloro
epitafio, paredes desconchadas,
alas ensangrentadas, vertederos
de palabras antiguas, sobrevivo,
superviviente apenas, sobrevivo
como la sombra leve de un naufragio.


De Por si mañana no amanece
Publicado en Inventiva social, Con voz propia, Gaceta virtual, IslaNegra y poeMartes.

14 de octubre de 2011

Molinos


Todo Quijote sabe que el molino
es molino tan sólo, y no gigante;
pero es su sino acometer la empresa
de derribar molinos cual si gigantes fuesen.

Tragicómica función representada
para todos los Sanchos de este mundo.


De Por si mañana no amanece
Publicado en Inventiva social, IslaNegra, Mis poetas contemporáneos y en el libro electrónico Senda.

11 de octubre de 2011

Cantamos

Sostendré esta canción hasta que la verdad
me derrote y me cierre los labios.
"Cantores". Gabriel Sopeña

Cantamos porque la vida lo precisa.
Porque al mágico influjo de la música
las piedras del camino devienen girasoles,
porque al cantar se cauterizan las heridas
y nace entre las manos una espiga
que eleva su estatura hacia el sonido
que fluye interminable, que germina
y se expande como un polen de promesas
por la extensión sin límite del cielo.

Cantamos porque el canto es necesario.
Porque en alguna parte, alguien que sufre,
necesita los versos, las notas que tañemos,
los acordes que inventa nuestra lira.

(Pésimo conversador es el silencio,
hay que romper su círculo encantado
y lanzar hacia el viento las palabras
como un cauce perpetuo que no tiembla
ante el rugido atronador de sus sicarios)

Cantamos nuestra dicha y nuestra pena,
el pan que nuestras bocas alimenta
y el vino que nos roba la consciencia.

El canto es una lucha que no ceja,
una herramienta contra las cadenas,
un estandarte imprescindible, una luz plena
que no apagan las noches de derrota
ni el severo fluir de lágrimas doradas.

Mi canto es una bandera de horizontes,
una hoguera de manos enlazadas,
un coro de palomas que despiertan.


De Despertar en el Zaguán
Publicado en Poesi-as, Arte Poética, Al_Andar, Inventiva social y en el libro electrónico Camino al andar

7 de octubre de 2011

Dos sanguinarias guerras


Dos sanguinarias guerras hay en marcha.

La más antigua enfrenta
al hombre contra el hombre
desde el alba difusa de los tiempos.

Pero hay otro combate más terrible,
más irreal, más lento, más certero:
Es la lucha irracional del hombre
contra la tierra que le dio la savia
para formar ciudades hasta el cielo.

Yo vengo a hablar por boca del herido,
del que sufre el horror, del mutilado,
de la mujer que espera, del soldado,
del suelo amenazado de exterminio.

Yo invoco la pasión y las palabras
para hablar de los golpes recibidos,
para nombrar los nombres olvidados.

Quiero ser del caballo la herradura,
del águila las garras carniceras.
Quiero tener los hilos de la araña
y el salto repentino del animal salvaje
y la tenacidad inamovible
de la pequeña hormiga.

Quiero tener la fuerza del torrente
y la elevada altura de los riscos
y el poder permanente de la lluvia.

Quiero tener las olas oceánicas,
la furia del volcán y la lava candente.

Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.

Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
________________ennegrecido cráter.


De El horizonte traicionado
Publicado en Arte Poética, Poesi-as, Inventiva social, Poemas, poesías, versos y rimas (web de Rubén Sada) y el boletín Misioletras.

4 de octubre de 2011

Mas no me encontraréis en las batallas


Mas no me encontraréis en las batallas.

No estaré agazapado en una barricada
ni lamiendo la sangre del cuchillo victorioso.

No empuñaré las armas homicidas
ni la palabra ambigua
ni el rencor permanente del alma embrutecida.

No serán mías las fauces carniceras
ni el estandarte gris del bombardeo.

No seré el cazador
ni ese francotirador de la azotea
que va tachando vidas en la pared funesta
de la ciudad sitiada.

No estaré con aquellos que filtraron
gota a gota la sangre de los pobres
para hacer de cada vena un instrumento
de riqueza enterrada en sus bolsillos.

Tal vez podáis hallarme donde lloran los tigres.

Acaso en la morada del hambriento,
en los ojos del niño moribundo,
en la sangre del ave asesinada.


De El rostro prohibido
Publicado en Poesi.as y en el Wrong Side

30 de septiembre de 2011

La habitación cerrada


La habitación cerrada es mi condena.

Las palomas ausentes mi destino.

Escribo como un envenenarme.
Como quien se arroja ciegamente
al fondo de un profundo precipicio;
contra la luz encerrada en las ventanas.

Como quien hunde el cuerpo en alta mar
sin esperanza alguna de regreso.

Como un prófugo a través de la nada.

En cada verso dejo
el sedimento espeso de la sangre.

Me voy crucificando en cada sílaba.

Como un cuchillo inverso me penetro.


___ poema
__________ balcón
abierto a los infiernos.


De El rostro prohibido
Publicado en Poesi.as, Revista Almiar y Misioletras

28 de septiembre de 2011

Te sueño, sombra. Llegarás un día


Te sueño, sombra. Llegarás un día.

Serán tuyos mis ojos, como dijo el poeta.
Serán tuyos mis labios y la mano que se alza
contra las injusticias y la mano que estrecha
las manos estrechables y los pies que cabalgan
la tierra estremecida y el corazón que sangra
herido de silencios.

Ese día por fin se cerrarán todas las puertas.
Serán tuyos mis ojos, ya no quedarán lágrimas
ni habrá un lirio en mi pecho
ni en el humilde tálamo florecerán sonrisas.

Esa noche será la noche del olvido.

No habrá después un solo espejo que nos reconozca
y nuestros nombres devendrán sólo palabras
que el tiempo irá borrando
de la ingrata memoria de los charcos.

Te sueño, sombra. Llegarás un día
con tus besos de escarcha, con tus dedos helados
y una sentencia entre tus dientes incendiarios.

Después, ni un sólo ángel
sembrará con mis cantos la alborada.


De Destierro
Publicado en Noticias literarias de América Latina, La Máquina de escribir, Inventiva Social y Mis poetas contemporáneos.

24 de septiembre de 2011

Porque una tarde reventé los muros


Porque una tarde reventé los muros de mi encierro
dispuesto a devorar el horizonte.

Porque bebí del cáliz celosamente oculto
que entreabre las puertas de la dicha.

Porque cerré los ojos y me lancé al vacío
de otros ojos que incitaban a la vida.

Porque violé los estatutos de los presos
y prendí fuego a los viejos pergaminos
que cercenan los sueños.

Porque ungí sagradamente mis alas oxidadas
con el verbo balsámico de otro labio lejano.

Porque corrí, dancé, canté sobre el asfalto,
porque amé, deliré, caminé junto a ríos
y habité otras ciudades y atravesé fronteras,
y dejé que mi piel ardiera entre las brasas
de una incierta quimera
mientras Kronos devoraba los segundos
que conducen al valle desolado
que los ángeles llaman Despedida.

(Mi último dios espera entre las sombras
del rincón oriental; no dice nada.
No queda nadie más, sólo nosotros:
su sombra y mi delirio.
____________________Sólo uno
podrá salir con vida)


De Destierro

15 de septiembre de 2011

En el caudal espeso de mi sangre


Te quedaste a vivir
en el caudal espeso de mi sangre.

Estás allí, escondida,
ciñéndote al redoble acompasado
de un corazón que lentamente va apagándose...
Mas, de pronto, te elevas
sobre el silencio inerte de la noche,
de súbito apareces, exultante;
un trote repentino despereza mis venas
y estás de nuevo ahí, llenando mi recuerdo
con el calor de tu palabra ardiente...
Y por un instante, creería que estoy vivo...

Pero pronto recaigo en el letargo.
Lo demás es quietud, desesperanza
y un reloj incesante que astilla la penumbra.

Te quedaste en mi sangre, a la deriva.
________________________________Yo
me he resignado a ser tu laberinto.

12 de septiembre de 2011

Pájaro en una tormenta


Ese día, ese primer día de la naciente primavera
la embriagadora música amaneció sobre los montes.
La risa azul que irradiaba el firmamento
reverdecía las laderas y ensalzaba
los contrastes verdirojos de los prados.

Ese día florecieron los años de destierro
reconstruyendo la antigua cúpula dorada
con columnas de esperanza y miradores
que se abrían sobre el valle de la dicha.

Así, ciego, con la daga de tu nombre entre mis labios,
creí haber escapado a las fauces del destino,
pero hoy las sombras cenicientas de twin peaks
nuevamente han descendido sobre mí
y no hay una hondonada sin fisuras
donde poder respirar un minuto de sosiego.

¿Qué despiadada venganza de los dioses
me condena al arbitrio de las nubes
inquietantes, plomizas, que me cubren?

¿Qué oscuro designio ha desencadenado
el furor del vendaval sobre mis alas rotas?

Dondequiera que el atardecer me lleve
la faz del firmamento está cerrada.

Un granizo triste azota las esquinas
de esta ciudad vencida, saqueada y moribunda
donde hasta los perros vagabundos se estremecen
cuando sus ojos caen en la oquedad del cielo
tapiado por un muro de silencio perpetuo.

No hay luna que brille en esta noche aciaga
y hasta el bosque resuena con un murmullo de amenaza
que confunde la vigilia de los búhos
y acalla las canciones de los árboles
como una divinidad incontestable.

Los ángeles blanden un estandarte de inclemencia
y el horror se va extendiendo en los zaguanes
como un torrente negro que va desdibujando
las huellas que dejaron nuestros pasos
en la alfombra de asfalto, en las baldosas
blanquinegras que adornan el recuerdo.

Todo es una sombra impenetrable,
todo un trueno aterrador que nunca cesa,
un relámpago atroz que incendia la cordura.

Y entre el caos volar, volar toda la noche,
toda la infinita noche atravesar los cielos
sabiendo que las tormentas nunca cesan
y que el amanecer es tan sólo una utopía
urdida con los frágiles cristales
del evasivo espejo que jamás se detiene.


De Destierro
Publicado en Letralia, Arte Poética, Inventiva social y en el libro electrónico Senda

9 de septiembre de 2011

No es posible olvidar...


No es posible olvidar, porque el olvido
es patrimonio de los seres desalmados,
de aquellos que jamás se desnudaron
bajo el calor de una mirada verdadera,
de aquellos que no sienten el clamor de sus entrañas
cuando la ausencia se precipita incontrolable
sobre todos los rincones de la vida.

¿Acaso un alma puede desligarse
del recuerdo de los sucesos que la elevaron?

¿Acaso puede olvidar la tierra seca
el poso de la lluvia que la hizo florecer?

¿Acaso puede un corazón de arcilla
evadirse a la memoria de las manos
que trabajaron su espeso sedimento?

Nada existe al otro lado del olvido.

Entre las sombras de mi cuarto la recuerdo,
tal vez ceniza sólo, pero fuego,
porque el fuego es presencia y testimonio.


De Destierro
Publicado en Inventiva social

7 de septiembre de 2011

Desde las profundidades de la noche


Desde las profundidades de la noche
surgimos como un sueño sin banderas.

Resucitados y anhelantes
resolvimos prendernos en el viento
y atravesar las nubes tormentosas
que amenazaban, negras, nuestro sueño.

A un horizonte inmenso nuestros ojos volaron;
como locas gaviotas errantes planeábamos,
pero eran nuestros títeres los que se arracimaban
en la alegre cubierta de un barco que zarpaba.

Toda costa escondía una sorda presencia.

Siempre creímos que el mar nos salvaría
pero el mar resultó una pantomima,
una niebla poblada de fantasmas
que a nadie revelaron su secreto.

Y llegaremos, si llegamos algún día,
a ese horizonte que nos prometieron,
sólo para descubrir, horrorizados,
una tierra en tinieblas, una vasta penumbra,
un hostil territorio que a nadie da cobijo,
una noche terrible sin velas ni azucenas,
un pábilo extinguido sin ventanas ni estrellas.


De Destierro
Publicado en Letralia y en Inventiva social.

5 de septiembre de 2011

Mirar el mar


Mirar el mar
al este el norte el sur
pintarlo en el oeste con el fuego
verdoso de las tardes otoñales

Ver el mar devorando a sus crepúsculos
escuchar sus latidos cada noche
sus canciones de espuma y marejada
memoria de otras noches y otros mares

Pintar el mar sumirse en él desembocarse
ebrios de mar amarse desbocarse
Mirar el mar de mar emborracharse
ser orilla y temblor y acantilado
caer caer caer entre las olas
mirar del mar el mar inolvidable
y no poder cruzarlo para verte...


De Por si mañana no amanece
Publicado en Inventiva social, Letras en el andén, Al_Andar, en los libros electrónicos Senda y Camino al andar y en la antología Versos sin bandera (Ed. Tusitala)

2 de septiembre de 2011

El gris (blues del viejo barrio)


Resuenan los zapatos contra el gris,
el monótono acorde acompasado
del que retorna viejo y fatigado
a las calles que un día le miraron
partir con su mochila de ilusiones.

Han cambiado los nombres de las plazas,
los juegos de los niños y los pájaros,
las luces de neón, los automóviles,
permanece el gris, sólo el gris...

El barrio es otro y es el mismo:
los mismos perros en los mismos parques,
idénticos ladridos atronando
sobre el gris, sobre el gris...

Volver es un catálogo
de olvidos y de ausencias:
Huellas sutiles que el pasado
dejó en el gris, el gris...

Un suspiro es la suma
del tiempo transcurrido,
de las noches perdidas
bajo el gris, bajo el gris...

Se oye el paso cansino contra el gris,
la sombra de un viajero que retorna
fundiéndose en la niebla, recayendo
en la quietud estática del gris.


De Por si mañana no amanece
Publicado en El cronista de la red e Inventiva Social

31 de agosto de 2011

¿Por qué tú nunca estuviste en mi ciudad?


¿Por qué tú nunca estuviste en mi ciudad?

Siempre otras luces, siempre otras aceras,
salpicando tu paso, siempre otras esquinas
alejándote de mí, como un destierro.

Y aquí en lo cotidiano mirándonos,
día a día mirándonos sin llegar a comprender,
día a día comprobando sin asombro el absurdo
que supone fingir que estamos vivos,
que nunca nada ocurrió, como un silencio cómplice
que parece negar las puertas entreabiertas del pasado.

Pero son otras puertas, otras habitaciones,
nunca es el mismo hotel, nunca la misma calle;
otras son tus palomas, otros tus soportales,
nunca es la misma plaza, aunque sea la misma.

¿Pero por qué jamás estuve en tu ciudad?

Yo quisiera habitar tus parques en secreto,
llenar tus galerías con el tono cansino
de mi voz que te nombra y te celebra
aun cuando nada escuchen tus cornisas;
vagar por los pasillos que nunca conocí
y que acaso ya nunca, nunca conoceré,
porque otra es mi ciudad,
aunque ahora y aquí, mis ojos en tus ojos
crean reconocerse y encontrarse,
pero sé que también esto es mentira,
que es tan sólo mi cruel esperanza de mendigo
y que esos ojos que me miran tristemente
tampoco son tus ojos ni soy yo lo que miran
y esta no es mi ciudad
y acaso tampoco sea tu ciudad, tan lejana,
o tan cercana, ¿cómo vamos a saberlo?
pero en todo caso, en otra parte,
en otro espacio o tiempo
__________________ya irreconciliable.


De Itinerarios hacia ti
Variación sobre el poema publicado en Poesi.as


29 de agosto de 2011

Antes del fin 3.0


Cuando subía por última vez la cuesta en dirección al Puente de Piedra, me abordó una jovencita. Explicó que su moto la había dejado tirada y necesitaba un euro para gasolina. Conté lo que llevaba en mis bolsillos: Dos euros y algunos céntimos. Entonces oí una voz a mi derecha: No le des nada. Es para drogas. Miré hacia esa voz. Provenía de un banco cercano, donde se amontonaban algunos esqueletos sentados. Sus cuencas vacías nos contemplaban. Uno de ellos hablaba y gesticulaba en dirección a mí, pero yo ya no le escuchaba. Había vuelto a concentrarme en el recuento del dinero. Por debajo de las monedas vi mi mano: Estaba empezando a descarnarse. Entonces miré de nuevo los ojos de la chica. No hubo necesidad de decir nada. Ella asintió y, juntos, echamos a andar hacia la gasolinera más cercana.
De Prosas breves
Publicado en Con voz propia e Inventiva social


24 de agosto de 2011

Poema para una flor secreta


Algunos te nombrarán sin conocerte.
Otros te escucharán sin comprenderte.
Los más
pasarán junto a ti sin detenerse.

Anónima es la tempestad que no se muestra.

Pero yo descifré sin duda alguna
tu sonrisa de lluvia intermitente.


De Por si mañana no amanece

21 de agosto de 2011

La ciudad


La ciudad es un monstruo de fauces entreabiertas,
feroz depredador de encrucijadas,
mastodonte cruel y apasionado,
despiadado y amante.

La ciudad es un viento de paredes
que forman laberintos de asfalto y decepción.

La ciudad es un gato escabulléndose
tras la negra trinchera de un cubo de basura.

La ciudad es un contrabandista
de luces de colores que incitan a la vida.

La ciudad es tristeza derramada
sobre viejas aceras y adoquines que brillan
al peso inconsistente de la lluvia.

La ciudad, esa máscara doliente.

La ciudad es silencio de unos pasos,
son voces desatadas que atruenan las callejas.

La ciudad es refugio, estercolero,
es un perro sediento y peregrino,
un viejo que medita su cansancio
y un viejo que camina sin caminos;
vendaval y quietud, bares cerrados,
soledad, agonía y esperanza,
noche y día, amor y desengaño.

Hija de los esfuerzos de los hombres,
pervive maternal y milenaria.

Es un ángel perverso de labios anhelantes.
La ciudad…la ciudad es una diosa
posesiva y ansiosa, entregada y cautiva.


De Metropolicromía
Publicado en Poesi.as, El Wrong Side, Inventiva social, el boletín Misioletras y el libro electrónico Senda


19 de agosto de 2011

La raíz de tu tristeza


No sé de qué raíz envenenada
ha crecido en tu pecho la tristeza.

¿Cómo fue que germinó esa mala hierba?
¿Qué ponzoñosos elixires la nutrieron?

Dicen que se cruzó en tus calles la desdicha,
que envenenó tu sangre una ráfaga de olvido,
que ojos como serpientes estrangularon la cordura
dejando apenas una sombra en tus zapatos.

Que alguien ejecutó de golpe tu sonrisa.

¿Qué oscuros resplandores te cegaron?
¿Qué huestes de la sombra te prendieron?

Sabemos que hubo noches que te vieron
danzar bajo la luna sin disfraces
ni oropeles ni alhajas ni armaduras,
mas hoy la luna se ocultó en un rincón del universo
y tus voces nocturnas se pierden en el eco
con un deje de otoños prematuros.

Por arduos laberintos vas buscando la muerte
mas no hay un sólo manantial que te emborrache.
Tan sólo ese veneno que arraigó entre tus venas
apagando tu risa, decorando de arrugas
tu rostro y tus silencios, enterrando
de golpe entre las flores tu palabra.


De Destierro
Publicado en Con voz propia, en el nº 35 del boletín IslaNegra y en el libro electrónico Camino al andar.


17 de agosto de 2011

Si termina el amor


Si termina el amor
el agua es más espesa en los estanques
y un ángel de cristal se muerde el labio;
puede darse un revuelo de gaviotas
mar adentro
y en el pecho la daga de una ausencia infinita
se abre paso cual proa entre las olas
y el consuelo del sueño nunca llega.
Nunca, el sueño nunca, nunca llega.

Si termina el amor
nubes negras se apoderan de los cielos
lanzándose a una loca carrera delirante
cuyo único destino es la certeza
de lo perdido, sí, de lo perdido.

Si termina el amor se llena el alba
de funestos ladridos sin consuelo
y un ruiseñor cansado se asesina
contra el pétalo fugaz de una amapola.

Si termina el amor lloran los parques
y una estrella fenece en cualquier parte,
y repican las fúnebres campanas
un coro de gemidos germinados,
una salva de gritos apagados
que hacia adentro resuenan y resuenan.

Si el amor se termina...

Los porches que solían cobijarnos,
la estación del ayer que nos prestaba
sus callados andenes de férrea complacencia;
la quietud temerosa de los templos,
el generoso amparo de las calles...
¿A qué otra causa han de servir? Decidme.

Y la noche... la noche, la noche protectora
si el amor se termina...
¿de qué sirve la noche si el amor se termina?


De Despertar en el zaguán
Publicado en Poesi.as, Arte Poética, Inventiva social y Gaceta Virtual


13 de agosto de 2011

Lo mejor de mi vida


Lo mejor de mi vida tal vez se haya quedado
abandonado en alguna encrucijada
o al otro lado del cristal mojado
tras el que contemplé las marejadas y la noche,
y por qué no decirlo, las inmutables estaciones
que me fueron alejando de otras tardes más cálidas.

Hubo un tiempo de caminos anchos,
de colinas suaves que ocultaban fuentes,
de jóvenes aves y ardillas veloces
y de sal y de pan y de plácidos campos
preñados de fértiles terrones y labradores.

Hubo un tiempo de límpidas aguas,
de frondosos bosques y playas morenas,
de silentes cráteres orlados de espuma.

Pero en la noche del invierno treintaycinco,
todos esos mis ángeles me fueron vomitados en el rostro
y pude comprobar que la senda se había ido estrechando
hasta límites intolerables.

Supe entonces que mis pasos borraban el camino,
que ya no era posible detenerse
ni mirar hacia atrás, que no había regreso,
que legiones de arpías me empujaban riendo
y que un loco empuñaba mis recuerdos.

Entonces, tras la lluvia, se apagó una ventana.


De La estrecha senda inexcusable
Publicado en Revista Rampa y en los libros electrónicos Senda y Camino al andar


11 de agosto de 2011

No habrá revelaciones


No habrá revelaciones.

No existe magia en cánticos solemnes
ni ocultan el misterio indescifrable
selladas puertas de frías catacumbas.

No hay panaceas ni eldorados ni quimeras
ni altares incendiados por las voces
preñadas de promesas incumplidas,
vagos albores, intuiciones tenues.

Los mapas del pasado ya no sirven;
duerme el oro su sueño milenario
en minas sospechadas hace siglos
y, por insospechables, imposibles.

Se acerca el alba, debo abandonar.
Una imprecisa sombra de párpados rojizos
nos muestra con desidia los caminos
que conducen al arenal interminable
llamado por los ángeles Renuncia.

No habrá revelaciones. Sólo pétreas
constelaciones de páginas en blanco.

Amanece; en el aire se agazapan
sin posible sentido
_____________las palabras desnudas.


De La estrecha senda inexcusable

8 de agosto de 2011

El nombre de la rosa

Hoy ya sé que no importa el nombre de la rosa,
ni siquiera la apariencia de sus pétalos.

Hoy sé que lo que importa es simplemente
haber tenido la dicha de sentirla
como un ave de nieve entre las manos.

Es saber que su aroma inconfundible
perfumó el devenir de nuestros pasos,
saber que su presencia fue importante,
que llenó nuestras noches con su esencia;

saber sencillamente
que un día estuvo ahí para colmarnos
con su amable candor, con su fragancia;
que un día estuvo ahí para mostrarnos
las vertientes amables del camino
y pintarnos el rostro con sonrisas.


De Por si mañana no amanece


5 de agosto de 2011

Porque toda separación es una herida

- No estés triste -le había dicho ella- Esto era inevitable. Después de todo, yo nunca hubiese podido amarte.

Luego, le dio un beso en los labios y se dirigió hacia la calle, escoltada por los dos tipos que habían venido a buscarla. Al abrirse la puerta, ella se volvió a mirarle por última vez y un rayo de sol iluminó su rostro. De haber existido esa posibilidad, el destello que se vio en sus ojos hubiera sido el preludio de una lágrima inminente, pero tal cosa era impensable. Cuando finalmente salieron, la puerta se cerró y el silencio ocupó la estancia.

Fumando, él miraba por la ventana. Recordaba el día en que se conocieron, la tarde de los pájaros, los alegres planes, las puestas de sol junto al estanque, el viaje a Florencia... Con inusitada precisión, podía ver en su mente los pormenores de aquellos diez años de vida en común. Era maravilloso recordar así, hasta los mínimos detalles. ¿Por qué, entonces, no se sentía feliz? ¿Por qué ese absurdo nudo en la garganta? Si cualquier otro de los ejecutivos de la compañía le viese ahora...

Pensó que si el recuerdo le resultaba doloroso, también podía optar por el olvido, pero la sola idea le produjo un acceso de rabia. ¿Olvidar? ¿Sumar el vacío del olvido al vacío de la ausencia? ¿Acaso cabe un horror semejante?

¡Cómo haber supuesto siquiera que llegaría a enamorarse de ella! Todo debería haber sucedido de otro modo. Al fin y al cabo, no era el primero ni sería el último. Pero nadie tuvo en cuenta el factor emocional, y ahora, él lo estaba pagando.

Si todo es pura apariencia, ¿qué importaba que los recuerdos fuesen implantados? ¿qué importaba que aquellos diez años hubiesen sido en realidad tres semanas?¿qué importaba que Ella -el prototipo Woman VI, como figuraba en los planos del proyecto- sólo fuese un androide, si le había hecho pasar las horas más felices de su vida? "Por supuesto -había dicho el vicepresidente de la compañía- le compensaremos. La próxima semana le enviaremos un nuevo prototipo mejorado. Y con funciones adicionales. Verá como le satisface"

Sentado junto a la ventana, Harry -Harry 12, según un expediente que muy pocos conocían- supo que sin ella nada iba a tener sentido, que habría otras y que ninguna de esas otras sería jamás Ella, y deseó que ese sol que se estaba poniendo, no volviese a levantarse más. Esa noche, por primera vez desde la incierta y olvidada fecha de su creación, soñó, y eso fue –aunque él nunca llegaría a saberlo- como vivir.

De prosas breves
Publicado en mediaIsla proSabado

3 de agosto de 2011

Persistencia


Dentro de cien años
cuando reine el olvido
cuando ya nada importe...

persistirá la lluvia
sobre el antiguo Alcázar;
persistirán el musgo,
la piedra humedecida,
la caricia del sol sobre los arcos;
persistirán las sierras
y su olor a esperanza;
persistirá la tenue
noche mediterránea
con su rumor de arenas
entregándose amantes
a la mar misteriosa;

persistirá el susurro
del viento entre las ruinas...

pero nosotros, díme
¿que será de nosotros
cuando sólo el olvido
pronuncie nuestros nombres?


De Por si mañana no amanece
Publicado en ArtePoética, Inventiva social, El Cronista de la red y en el libro electrónico Camino al andar

2 de agosto de 2011

Podría entrecerrar los labios...


Podría entrecerrar los ojos y evadirme...

Podría abandonarme a la música y el juego,
dedicar la mejor de mis sonrisas
a la muchacha triste que se agosta en la esquina
y en sus lechosos brazos profanados de agujas
depositar mis besos y mi llanto.

Podría entrecerrar los labios y olvidarme...

Podría dejar que me acunase tu mirada,
beber el vino triste de tu herida,
ceñirme a la rutina de tus noches...

Es cierto que podría mirar hacia otro lado,
acomodarme al pan y el circo legendarios;
podría suscribir una póliza de crédulo
para no recelar de las versiones oficiales.

Podría simplemente oprimir el telemando
y abolir con ese gesto la mueca del farsante,
diluir los falaces rostros de la mentira,
no sentir sus miradas ni oir las falsedades
que sus bocas declaman sin sombra de vergüenza.

Pero he elegido el verso como patria,
he nacido canción a contramano,
grito caricia estepa hormiga hambre
prostíbulo coral aullido estanque.

Podrán los férreos brazos de la muerte
acunar mis palabras en su lecho
de silencio perpetuo.
______________Pero tú que me lees
tú que en noches azules me escuchaste
mientras el mar gritaba nuestros nombres
tú sabrás que es la entraña de la tierra
quien llueve amor y acíbar por mis venas.


De Por si mañana no amanece
Publicado en ArtePoética, El Cronista de la red y en los libros electrónicos Senda y Camino al andar
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