12 de noviembre de 2011
Sombras
¿No veis, de vez en cuando, alguna sombra que cruza?
Sombras, sí: sombras que deambulan a nuestro alrededor; sombras sin nadie que acaso sólo tratan de atraer nuestra atención para evadirse siquiera un instante a su funesta condición de espectros dolientes, o esas otras, violadas por los dioses de la decepción, que intentan rozarnos en su ciego tránsito para arrastrarnos a ese mundo suyo de irrealidades, o de realidades intangibles que nunca seríamos capaces de comprender. Pero en todo caso, sombras que habitan entre nosotros sin desvelar su naturaleza, su nombre, su cifra; sombras que nos conocen y escuchan los latidos de nuestros corazones, que en las noches insomnes se acurrucan en los rincones; sombras que sólo toman cuerpo entre los pliegues del sueño o en los incomprensibles recovecos del tiempo... Sombras que acaso sólo estén mirándose en el espejo de nuestra inconsistencia, sombras como nosotros: fugaces sombras que apenas existimos...
De Prosas breves
Publicado en la revista Con voz propia, Revista El Grito y en el libro electrónico Camino al andar.
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¿Son sombras todo lo que vemos?
ResponderEliminar¿Y pueden las sombras gustar?
Los gozos no son sino sombras,
Proyección de cuerpos imaginados,
que se vuelven en lo que creemos
con las figuras que aparentan.
Pero rápidos se van los gozos
expresados por las sombras,
no son gozos cuando duran,
su pasar es lo mejor…
—la gloria luce más gozo
en un destello, y adiós.
Devorad, ojos hambrientos,
las maravillas que veis,
cazándolas de golpe al vuelo,
sin cazar para tener:
Después de cerrarse el telón
Continúa la obra en el corazón.
(Samuel Daniel, 1610)
¡Vaya! Esto no lo conocía. (Ni texto ni autor, confieso). Gracias por la aportación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encantó. Habrá en ella un dejo del atormentado francés que nació loco en Montevideo?
ResponderEliminarHola, colega Periquito. Me alegra verle por estos desiertos. En cuanto a la pregunta, es difícil precisar cuánto hay en cada creación de los reflejos de otras voces, porque a menudo, estos reflejos pueden ser indirectos, como rebotados de voz en voz a través del tiempo. Así, no sabría decir si ese dejo existe, porque (es necesario confesarlo) no recuerdo haber leído autores franceses nacidos en Montevideo.
ResponderEliminarGracias y un abrazo.