Hoy me miré al espejo.
Los años han pasado muy deprisa.
He visto arrugas, una sombra
bajo mis párpados, un deje
de tristeza en mis ojos.
Fue tan solo un instante.
Un hombre viejo me miraba, confundido.
Alguno de estos días
enterrarán mi cuerpo,
pero esos ojos grises
-esos ojos que miran desde el fondo
del turbulento espejo-
seguirán preguntando
y no estarán escritas las respuestas.
Triste pero profundo y real modo de enfrentar con la belleza inseparable de la poesía, una etapa dificil de la vida Pilar Romano
ResponderEliminarGracias por acercarte por aquí, Pilar. Un abrazo.
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