27 de enero de 2020
Tragedy
Algunos días
esta ciudad me asusta.
Hoy, por ejemplo: Era mediodía
y en la basílica sonaba el ángelus
con un descontrolado estruendo
capaz de alborotar a las palomas.
El sol estaba oculto tras las nubes
-en mi recuerdo, luce antes del ruido-
y el cielo era un presagio tormentoso.
Por el puente de piedra circulaban
-sordos, ajenos, maquinales-
lentos fantasmas con su cuerpo a cuestas.
Después
cesó el estrépito;
todo quedó en silencio
(el silencio aparente que sucede al tumulto).
En el puente de piedra
seguían caminando los fantasmas
y el sol permanecía
oculto tras las nubes
grisáceas de un ocaso prematuro.
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