2 de noviembre de 2011
En la noche más pérfida y brumosa
En la noche más pérfida y brumosa,
por los puñales del dolor cegado,
dando tumbos cual corzo envenenado,
me abandono al hedor de la espantosa
oscuridad sin nombre que me abraza
en su regazo abrupto y desolado
como un mar de petróleo derramado,
con un silencio atroz que me amordaza.
Hoy apuesto mi vida en el tapete,
en el delirio de la cruel fortuna
conociendo lo adverso de mi suerte.
Al azar mi destino se somete,
mas resuena tu voz bajo la luna:
Tus ojos me rescatan de la muerte.
Publicado en Biblioteca del soneto/Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
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Buen soneto. Impecables la rima y el ritmo.
ResponderEliminarTe felicito, amigo mío.
Un beso.
Gracias, Mayte.
ResponderEliminarEs uno de los pocos poemas rimados que verás por aquí. Creo que la rima es una especie de mordaza, aunque me parece útil como ejercicio de aprendizaje.
Un abrazo.