29 de agosto de 2011

Antes del fin 3.0


Cuando subía por última vez la cuesta en dirección al Puente de Piedra, me abordó una jovencita. Explicó que su moto la había dejado tirada y necesitaba un euro para gasolina. Conté lo que llevaba en mis bolsillos: Dos euros y algunos céntimos. Entonces oí una voz a mi derecha: No le des nada. Es para drogas. Miré hacia esa voz. Provenía de un banco cercano, donde se amontonaban algunos esqueletos sentados. Sus cuencas vacías nos contemplaban. Uno de ellos hablaba y gesticulaba en dirección a mí, pero yo ya no le escuchaba. Había vuelto a concentrarme en el recuento del dinero. Por debajo de las monedas vi mi mano: Estaba empezando a descarnarse. Entonces miré de nuevo los ojos de la chica. No hubo necesidad de decir nada. Ella asintió y, juntos, echamos a andar hacia la gasolinera más cercana.
De Prosas breves
Publicado en Con voz propia e Inventiva social


2 comentarios:

  1. Has hecho que me quede pensando, supongo que era tu intención, pero pocos lo consiguen, muy buena entrada.

    Besos.

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  2. Bueno, en estas prosas breves se intenta explicar mucho con la menor cantidad posible de palabras, por lo que una gran parte de la narración está en la complicidad del lector. Son símbolos que deben ser interpretados. Gracias por tu presencia y un abrazo.

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Bienvenid@ a este espacio.
Gracias por tu presencia y tu palabra.

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