2 de septiembre de 2011
El gris (blues del viejo barrio)
Resuenan los zapatos contra el gris,
el monótono acorde acompasado
del que retorna viejo y fatigado
a las calles que un día le miraron
partir con su mochila de ilusiones.
Han cambiado los nombres de las plazas,
los juegos de los niños y los pájaros,
las luces de neón, los automóviles,
permanece el gris, sólo el gris...
El barrio es otro y es el mismo:
los mismos perros en los mismos parques,
idénticos ladridos atronando
sobre el gris, sobre el gris...
Volver es un catálogo
de olvidos y de ausencias:
Huellas sutiles que el pasado
dejó en el gris, el gris...
Un suspiro es la suma
del tiempo transcurrido,
de las noches perdidas
bajo el gris, bajo el gris...
Se oye el paso cansino contra el gris,
la sombra de un viajero que retorna
fundiéndose en la niebla, recayendo
en la quietud estática del gris.
De Por si mañana no amanece
Publicado en El cronista de la red e Inventiva Social
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Un bello poema, hay veces que al irnos, no nos damos cuenta de como cambiaran las cosas cuando regresemos :(
ResponderEliminarA veces nos soprende el cambio; otras, por el contrario, nos inquieta no percibirlo. Gracias por tu presencia y un abrazo.
ResponderEliminarEl poema contagia la desazón que embarga a quien regresa esperendo reencontrar las cosas que no lo dejaron durante su ausencia y nota que todo ha cambiado. Bien elegido el gris como símbolo de esa sensación y bien elegido el ritmo del poema, tristón, cansino.
ResponderEliminarUn abrazo cordial
PILAR ROMANO
Un poco por todo eso lo subtitulo blues del viejo barrio. Donde todo cambia y sin embargo nada ha cambiado, porque todo está bajo la influencia del gris. Gracias por tu presencia y un abrazo, Pilar.
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