9 de septiembre de 2025

Ajedrez o rey


La casa está en lo alto de una escalera de piedra. 

La vieja escalera baja hasta una calle estrecha. 

La calle desemboca en una plaza habitada por breves y coloridos jardines, farolas y palomas. 

En la plaza nace una avenida. 

La avenida conduce al parque. 

En el parque hay niños que juegan, perros corriendo, ancianos leyendo la prensa, madres agobiadas, mendigos, desocupados, algunos jóvenes que han faltado a clase, uno o dos guardias y, en el centro de todo, dos hombres muy serios que disputan una partida de ajedrez. 

Diríase que mientras ellos meditan, el tiempo se detiene. Diríase que cada movimiento produce consecuencias de alcance insospechable. Tanto es así, que el simple eco que nace del avance de un peón blanco (la mano del jugador lo está empujando hacia la siguiente casilla) puede ser el envés de la corneta homicida que en ese mismo momento, en otro lugar, desata un frenesí de fuego y horror que se va extendiendo por la altiplanicie hasta llegar a la remota aldea donde un durmiente anónimo sueña una casa en lo alto de una escalera de piedra.

Prosas breves de @S_Borao_Llop

7 de septiembre de 2025

No me quedan auroras que ofreceros


 

No me quedan auroras que ofreceros.


Nunca regresaremos de esas tierras de humo

donde yacen calcinados los arcángeles

y una flor es un símbolo de infamia.


No me quedan ibones ni amapolas,

ni el destello fugaz de un arco-iris.


Tan sólo lluvia triste en los bolsillos.

Otoños.

Cánceres de paloma desplumada.


Y a lo lejos un sol que se desmaya

tiñendo de silencio los campos desolados.

De El Rostro ProhibidoPoemas de @S_Borao_Llop  

5 de septiembre de 2025

No mires a los ojos de los maniquís



No mires a los ojos de los maniquís.

Sus ojos son la senda incomprensible

hacia mundos terribles nunca presentidos.


Todo en el aire parece agazapado

como en espera de un único movimiento en falso

para saltar definitivamente sobre tus últimas moradas.


Los maniquíes no saben hablar.

No es probable que uno de ellos se decida a amar.

Nunca podrás sembrar la dulzura en sus almas

porque sus almas están hechas de plástico.


Sus frías manos nada harán renacer.

El coágulo incoloro de sus rostros,

la rigidez enfermiza de sus miembros,

la quietud infinitamente repetida,

pueden causar lesiones en el corazón poco habituado

del incansable espectador de platea.


Pero no mires jamás a los ojos de los maniquíes

o tu alma podría hundirse en el fondo sin fe de los espejos

o peor, diluirse

en el cosmos sin fin de las regiones quietas.

De El Rostro ProhibidoPoemas de @S_Borao_Llop  

3 de septiembre de 2025

Manifiesto del presunto desesperanzado



¿De qué me serviría, amigos míos, tomar ahora la palabra?

¿De qué esgrimirla como espada candorosa

o arrasar con su filo las esperanzas de los aún no nacidos?


Si ya no quedan batallas que cantar

ni flores que ofrecer en despedida.


Si no existe la nave en que un día nos hicimos al mar.

(Sus mástiles hoy yacen bajo metros cúbicos de agua y de petróleo

o peor, en el fondo de los archivos históricos

de alguna biblioteca oscuramente clausurada)


Decidme, ¿para qué? 

                      Puedo seguir cantando, sí.

Denunciando a todos esos turbios criminales

que se escudan tras la innombrable estatura

de sus flamantes títulos universitarios

mientras a su espalda van dejando indiferentes

un insufrible censo de cadáveres.


Puedo seguir hablando para nadie 

de la ritual explotación (ahora ya debidamente regulada)

de que es objeto el pueblo pasivamente amodorrado.

Puedo llenar vuestros oídos, las cuartillas, las pantallas

de los ordenadores, las páginas de un periódico ineditable.

Puedo convertirme en huidizo virus e inundar vuestros discos duros

con todas las palabras que no deben pronunciarse.


Pero, decidme, amigos míos habitantes

¿En verdad serviría para algo?


En lujosas sedes se entregan afamados premios.

Hay fiestas cada noche en cada barrio

celebrando incoherentes aniversarios, centenarios, 

solemnes efemérides exhaustivamente documentadas

o importantísimos hechos históricos que nadie conoció.


Bellas modelos posan con la mejor de sus sonrisas

en el centro de la sala iluminada

esperando que les llegue el turno de decir su frase

mientras los pesos pesados de la política, la farándula y el deporte

atiborran las repletas mesas

atiborrándose a su vez de canapés y flashes y entrevistas

y preguntándose el nombre del galardonado

y, claro está, el motivo de tanto reconocimiento

y así sucesivamente hasta el borroso amanecer de las tapias circundantes.


Todo, pues, como un teléfono sonando al otro lado del telón

entre locas carreras de fotógrafos y dandis,

anacrónicamente sonando sin que nadie se atreva a descolgarlo

mientras los camareros lo miran con recelo 

y el gesto incómodo de los espectadores del palco

delata la total incongruencia del molesto zumbido

que no permite escuchar la dulce voz de la diva

subcontratada para tan grandiosa gala. 


¿Cómo entonces, decidme, cómo desenterrar

la voz que en otro tiempo se quiso hacer bandera

para no más devenir en arroyuelo

                                                    o en hedionda charca?


Pero tal vez me gustaría nombrar el homenaje,

el tan necesario homenaje que nunca tuvo lugar

y que tampoco es probable en los años venideros.


A esa gente que surca las avenidas y los campos

cuando el sol no es aun sino una vaga presunción

allende el gris telón del horizonte.

A esos ¿qué galardones? ¿qué ofrendas?

Decidme.


A esas mujeres de callosas manos que sostienen el mundo

sin murmurar una palabra de reproche y en las cálidas noches

se entregan sin un quejido sospechando oscuramente

que su fatigada entrega forma parte de un complejo engranaje

que jamás podrían comprender.

A ellas ¿quién las premia? ¿Dónde se las festeja?


Pero, insisto, queridos supervivientes compañeros

del olvidado viaje que algún día emprendimos

sabiendo de antemano lo arriesgado de la travesía

hacia ese continente que ningún mapa reconoce.

¿Es posible aún, a estas alturas, ser oídos?


Reflexionad, amigos existentes todavía.

¿No sería mejor hablar de fútbol, de toros o flamenco,

seguir con atención los avatares de la moda,

comentar lo preciosa que estaba tal o cual princesa

o invertir en acciones rentabilísimas

los veinticuatro cromos heredados

de aquel niño que aún nos sonríe esperanzado

desde el fondo amarillento de una fotografía inconcebiblemente rescatada

a las inclementes brasas de la vida?


Pero en el fondo de vuestros ojos, puedo verlo, hay una chispa.

Debe haber otros mares, debe haber otras naves

que puedan conducirnos con rumbo a la utopía.

Debe haber otras corrientes submarinas, otros puertos,

otros muelles donde atracar la nave misteriosa

que naufraga y naufraga y vuelve a naufragar y sigue navegando

sin importar las nieblas, sin importar las rocas,

los siniestros escollos que van surgiendo entre las olas

ni el embravecido mar que por doquier salpica espuma

desorientando brújulas y estrellas.

30 de agosto de 2025

Naufragios


¿De quién fueron los ojos que nos hicieron náufragos?

¿De quién fueron las manos que, gaviotas, 
se posaron en nuestras playas-manos,
con frenesí de pico, con suavidad de arena?

¿De quién esas palabras que nos revelaron tempestades
para luego acallar el ladrido del viento
con un sordo rumor de murmullo metropolitano
o simplemente un gesto
de insoportable derrota?

¿De quién fueron las lágrimas el día funerario
en que horrorizados vimos (cuatro sombras malas lo llevaban)
pasar amortajado y con los ojos terriblemente abiertos
el cadáver silente de la fiebre?

¿De quién fue aquella carne
de quién
salada
de quién
caliente...?
Dime que volverás cuando la noche acabe,
cuando la noche...

¿De quién fueron las horas del insomnio?
¿De quién las pesadillas, las volcánicas horas de deseo?

Alguien duerme en un balcón, a la intemperie,
y cuando yo me asomo, se oculta tras la cortina
del día soleado, de las calles mojadas o repletas de gente.

Pero en las rocas, el mar está esperando.

27 de agosto de 2025

El ojo


Múltiples son las líneas de mi mano.

Pero es el ojo
(con ese ir y venir de pestañas,
con ese aleteo de otoños y cielos,
con esa tristeza que adivinas)
el único vigía.

En el ojo cansado
nacen mil miradas que se bifurcan,
se extravían, indagan, se resignan
y convergen
hacia un único cosmos,
hacia una rebelión de estrellas,
hacia un pálido ojo que contempla,
fijo,
el ojo que le mira. 

23 de agosto de 2025

Espuelas


La vida tiene espuelas, aguijones
que incitan al olvido, a la distancia.

Tiene cánceres negros que horrorizan capullos,
indoloros venenos que van sembrando ausencias,
hermosas alboradas que se ahogan en sombras.

Hiere siempre certera las zonas más sensibles.
Sobrecoge su empuje de tormenta implacable.

Tiene espuelas la vida y las clava en los costados
con frenesí de fiera, con disimulo de ángel.

Tiene aguijones suaves y cuchillos de almíbar
y sobre todo, fuego, fuego que quema el alma.

¡Pero es tan dulce a veces el fragor de las llamas!

21 de agosto de 2025

Como uno de ellos


A veces me sorprendo

hablando como uno de ellos.


Gesticulando, opinando, debatiendo,

enteradamente, como uno de ellos.


Como uno de ellos caminando con prisa,

absorto y concentrado, entre vastas multitudes

idénticamente extraviadas.


Lacónico, evasivo, como uno de ellos.


Forzando una sonrisa que oculte las heridas,

o que al menos disimule el sufrimiento;

interpretando, como uno de ellos.


A veces me sorprendo

con un odio en los ojos. 

Como uno de ellos.

A veces me sorprendo imitándoles,

aparentando una felicidad que me es ajena.


A veces el espejo me devuelve

el rostro inexpresivo que delata su sello.

(Entonces, acaso nada imito, acaso soy uno de ellos)


Es cuando me horroriza la ausencia de sorpresa,

el gesto que denuncia que los años no cejan

y el tiempo, poco a poco, me transforma,

pérfida, insoportablemente, en uno de ellos.

De El Rostro ProhibidoPoemas de @S_Borao_Llop

19 de agosto de 2025

Astro en ruinas


Astro

en 

ruinas.

        ¿Era yo?


Caída

nieve

por los pasamanos de los túneles.


Por las aceras

vaga

(vagamente)

una sombra

sin sombrero

sin americana

sin corbata

Acaso un único zapato garabateando

ensuciando la nieve

negra

del descenso interminable

a la caverna

ciega

de luz.

Nieve

copo a copo

vestida ya de blanco

la arboleda de dolor donde perdimos

para siempre para siempre para siempre

                              la inocencia.

17 de agosto de 2025

En días como hoy

 


En días como hoy, la verdadera dificultad estriba en levantarse de la cama.

Desayunar, ducharse, fumar un último cigarrillo, recibir la visita de un cura desconocido, dejarse conducir mansamente hasta el patíbulo, apenas son protocolos insignificantes.

Prosas breves de @S_Borao_Llop

14 de agosto de 2025

La noche se agiganta


La noche se agiganta.

Nos envuelven las brumas.

Caemos sin remedio hacia la nada.

Un pozo sin final, sin fondo, seco,

espera ansiosamente nuestros sueños,

nuestros momentos tristes, nuestras huellas,

nuestra voz, ignorada.


Las calles que cruzamos, hoy son humo.

La niebla es estallido. El polvo, llanto.

Llanto de un niño virgen de palabras.

Ecos son las palomas. 

La vida, enredadera.


Todo es noche marchita.


Todo es noche y olvido y espejismo.

Espejismo de tiempos no crecidos.

Olvido de existencias diminutas.

Noche final sin luna, sin sonido.

Vacío nuclear, silencio ajeno.


Silencio sobre el tiempo derramado.

12 de agosto de 2025

Reinicio


Convertido en indecisa ruina,

el mundo lloverá sobre sí mismo.


Aún no habrán cesado en tus tímpanos las últimas campanas,

cuando ya los cascotes se precipiten nuevamente

sobre su propio eco.


Y ese no será el fin. Volverán las gaviotas

para ser engullidas otra vez por las fauces carniceras

del tiempo indiferente y sanguinario.

Regresarán el cazador, la hormiga, la anaconda...

Y así, el ciclo seguirá inmutable hasta una lejanísima aurora

en la que acaso nazca el hombre nuevo,

sin cadenas, sin barreras, sin ansias destructivas,

con las manos dispuestas a la tarea encomendada,

con la mente libre y el corazón puro

como esa hierba renaciendo en los escombros,

como el agua redentora e impoluta

que brotará por fin de aquellas fuentes

que creíamos cegadas para siempre.

De El horizonte traicionadoPoemas de @S_Borao_Llop

10 de agosto de 2025

Águilas manchadas


Ayer, el fuego se hizo dueño de la tierra

calcinando la cordura de los hombres:

Altas torres de un humo envenenado,

llanuras alfombradas de cadáveres, 

y una triste verdad que nadie pronunció.


Hoy se elevan de nuevo las águilas oscuras

ensombreciendo los destellos de la aurora.

Sus negras alas cubren de horror el firmamento

y rompen en pedazos el canto de los ángeles.


Mañana, el sanguinario ciclo recomienza:

Caerán devastados los templos milenarios;

perecerán sin solución los niños y sus madres

mientras buscan un pedazo de pan entre las calles

o el recuerdo de un tiempo que nunca conocieron,

o siquiera una razón para tanta barbarie.


Así, el odio se instalará definitivamente

en los hambrientos corazones de los supervivientes

que no han de conocer más paz que la insidiosa muerte,

ni otra forma de vida que el eterno destierro.


¡Detén tu vuelo, pájaro maldito!

Cesen tus alas de manar metralla,

que el cielo no se hizo para tu sed de sangre

ni la tierra merece tus heces asesinas.


¡Detente! No permitas

que tus alas se tiñan con la sangre inocente.

No levantes el vuelo, águila homicida,

que el llanto de las viudas y los huérfanos

ha de ulcerar los mares con la sal de tu infamia.


Detente, ave insaciable,

antes de mancillar el nombre de tu raza,

que un solo muerto es un insulto hacia los dioses

y el exterminio de un único árbol

es causa de vergüenza para el cosmos.

7 de agosto de 2025

Manifiesto


Porque hay pueblos dormidos más allá de la tierra.

Porque hay hormigas diminutas

y por diminutas, nunca homenajeadas.

Porque hay hombres que mueren sin más motivo

que el color de su piel o su camisa,

o quizá dando un paseo por alguna estación de tren abandonada.

Porque el amor se va desvaneciendo blandamente

como el humo, ya prófugo, del menguante cigarrillo.


Porque en algún lugar hay manos estrechables,

labios para el beso, brazos para la amistad.

Porque es dura la vida pero es el único sendero.


Y también

porque hay briznas de hierba que acarician los ojos

y pájaros que derraman sus trinos en mi oído

y en el camino, piedrecillas que acompañan

y gotas de rocío que hacen nido en la roca

y flores que sonríen al brillo de la aurora.


Por todo eso es necesario cantar.


Para abolir las prisiones y las lágrimas.

Para salvaguardar la vida de la ardilla

y el resplandor dorado de las aguas que fluyen.

Para poner de manifiesto la esperanza.


Hagamos, pues, de las palabras, equipaje,

partamos al futuro con la frente extendida,

salgamos definitivamente del asfalto

y construyamos.

De Viñetas y recuerdosPoemas de @S_Borao_Llop


5 de agosto de 2025

Letras viajeras


 Al final, puede que no seamos más que eso:

Un manojo de letras que pueblan la pantalla

caminando alineadas frente al ojo esperanzado.


Una sucesión de símbolos fugaces, 

etéreos, a veces clandestinos, 

que en lenta procesión van desfilando

a través de cables y de océanos.


Es curioso su hábitat: Forman pequeñas tribus

que alegran o estremecen, que niegan o perfilan

un azar melancólico, una candente espera.


Palabras que no te abrazan

Palabras que no te besan

Palabras lejanas sin hombro

donde estampar la lágrima incipiente.


Palabras que son sólo palabras


Pero es la medianoche acá en mi cuarto

y esas letras que, obstinadas, siguen apareciendo en la pantalla

saben a tierra y mar, a beso, acorde, a campanada,

al azul mensajero del poniente

anunciando las albas venideras.


Así, con suavidad atrapo una palabra, 

quizá la más pequeña, la que nadie quiso,

aquella que quedó olvidada entre dos versos, 

y la acuno en la palma de mi mano

mientras me van ganando los ensueños.

De Viñetas y recuerdosPoemas de @S_Borao_Llop

* Poema escrito en colaboración con Mariela Trabuchi.

3 de agosto de 2025

Infierno


Hay voces que aseveran que el infierno

es la repetición infinita de determinados gestos,

como despertar cada mañana sin nadie entre las sábanas,

certificar tu ausencia en todos los rincones de la casa,

desayunar sin tu sonrisa frente a mí, ir al trabajo

con la oscura convicción del inútil regreso

porque al regreso tampoco vas a estar, ni tus canciones

van a poner la nota de alegría necesaria

que me permita escapar un día más a la locura.


Cualquier mesa es demasiado grande si uno come solo.

No se puede conversar con los recuerdos.


Y la noche, la noche que alguna vez fue cómplice,

la noche que acogió nuestras quimeras,

la noche que nos condujo por calles nunca vistas 

y veló nuestro sueño entre vastas carreteras

que siempre conducían, que nunca extraviaban;

la noche que amparó los momentos más dulces

hoy es tan sólo el testimonio de un vacío.


Y una vez más, como en una secuencia interminablemente repetida,

dejarse arrastrar a la inconsciencia de los fármacos

sin poder evadirse a la certeza

de los días vencidos, de las tardes calladas,

el incoloro deambular entre plazas olvidadas

los restos calcinados de los parques de otoño.

De DestierroPoemas de @S_Borao_Llop

1 de agosto de 2025

Cuando beso los labios de Monelle

 


Cuando beso los labios de Monelle
pienso en los otros labios,
en todos esos labios que nunca besaré.

Cuando mi lengua se entrega al fuego de su carne
evoco tantos cuerpos que nunca lameré.

Cada vez que mis manos la acarician
en otra parte muere alguien
                            que nunca tocaré.

Cuando ríe, su risa
es el reflejo en negativo de otras risas
                            que no disfrutaré.

Cuando sus manos secan mis mejillas
enjugando la lágrima vertida
sé que infinitas manos no me acariciarán.

Pero ella sigue sonriendo, sigue acariciando
y suavemente dice: "No lo entiendes; 
todo el amor del mundo está en mi piel.
Todo aquello que anhelas esta en mí.

Porque soy una y soy todas, te venero
y te amo; soy un instante de la noche;
soy la muchacha triste que recorre los muelles
y también la elegante cortesana
y la mujer callada que en la tarde
fatiga parques reclamándote, 
y aquella que suspira en la esperanza
de un minuto fugaz que nunca conoció;

también, también soy esa que marchita
sus tibias primaveras en andenes
sin trenes que esperar.
Y aun esa otra rodeada de galanes
que para nadie tiene una mirada
y en la noche suspira..."

Y de nuevo sus palabras me rescatan.

Con mi labio en su pecho, me adormezco,
sin angustia; ahora sé que ese pecho 
es la flor más valiosa.

* Referencia a El libro de Monelle, de Marcel Schwob.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...