De vez en cuando en la noche un poema
nos sacude el olvido, explota en la memoria,
derramando sus notas sobre el lánguido sueño,
inundando el instante de mágicos reflejos.
Todo queda en el aire...
Todo flota en tinieblas.
Todo en la etérea atmósfera del sueño
se impregna de la música, se llena
del son de la palabra, de las luces del verso.
Luego en el cuarto oscuro,
en el alba futura,
resuenan impalpables las palabras
para siempre perdidas.
