25 de julio de 2011
Si tengo que olvidar
Si tengo que olvidar, cerrad mis ojos
y apagad los susurros de la aurora
antes del despertar de las palabras.
Si tengo que olvidar, que sea otoño,
que las hojas caídas me acompañen
y un tañido lejano interminable
me adormezca despacio, mansamente.
-Ni una sola gaviota planeará en mis playas.
Verán, viejos, mis ojos, un cerrarse de nubes
y un solemne aguacero, un crepitar de gárgolas,
una mudez de cerros.-
Si tengo que olvidar, dejadme solo
en la mazmorra de las decepciones;
borrad todos los nombres, quemad todas las fotos,
arrasad las ciudades que me vieron
y las ciudades que soñé habitables,
sacrificad los versos que compuse
y las canciones que me emocionaron.
Si tengo que olvidar, que sea octubre
que me esconda la lluvia y me seduzca
el rumor de la noche, que no cese
el ladrido del viento, que suceda
una conversación intrascendente,
que la bruma descienda sin apremio
como el fulgor de una sonrisa cómplice.
Si tengo que olvidar, cerrad mis ojos
.................y dejad que amanezca sin mi canto.
De Por si mañana no amanece
Publicado en Con voz propia, Inventiva social, Gaceta virtual, Mis poetas contemporáneos y Al_Andar
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Bonito blog, acabo de encontrarlo y me ha encantado como escribes, ya soy seguidora tuya y espero leerte pronto.
ResponderEliminarSi tengo que olvidar... Espero que la hoguera se apague antes de que haya amanecido.
Por cierto, te dejo mi blog, por si quieres visitarme, si eres narrador y poeta, te gustará.
ResponderEliminarhttp://tamaravillanueva.blogspot.com/
Saludos.
Gracias, Tamara. Ninguna hoguera termina de apagarse, por muy largo que sea el tiempo. Pero gracias de todos modos. Un abrazo.
ResponderEliminarEl olvido es una urdimbre que impide los regresos, dice una poeta amiga, por eso es bueno que le pongamos tantas condiciones. Lo dices magníficamente en tu poema, Sergio, bellamente, sentidamente. No creo que sea fácil hacerte olvidar. Un abrazo.
ResponderEliminarPILAR ROMANO
¿Y si ninguna hoguera termina de apagarse? Entonces, ¿Para que olvidar? soy de las que piensan que todo lo que sucede, lo hace por una razón, incluso las hogueras que se quedan encendidas.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Sergio!
ResponderEliminarSiempre resulta placentero recrearse en tu poesía, encontrando en ella la ruta común de lo humano, todo aquello que nos recuerda nuestra condición existencial.
Abrazos.
Daniel
Si amanece, que sea con tu canto, Sergio. No permitas que el dolor te venza. Intenta convertir otoño en primavera. Un abrazo.
ResponderEliminarPILAR: Muy lindo y cierto el verso de tu amiga. A menudo, somos Penélopes de esa urdimbre: Deshacemos con el inconsciente lo que conscientemente tratamos de tejer.
ResponderEliminarTAMARA: En otros textos he tratado el tema del olvido, y siempre me ha parecido algo abominable. En especial si hablamos de olvidar aquello que nos resultó grato porque al final se malogró. Al final, creo que el corazón humano es una sucesión de hogueras que no terminan de extinguirse.
DANIEL: Siempre es grato recibir tu visita, hermano de tantas peregrinaciones virtuales.
MAYTE: Gracias por el mensaje de apoyo. Trataré de seguir tu consejo y despertar en primavera.
Muchas gracias a todos y un fuerte abrazo en la distancia.