
Tan sólo queda el cielo gris de las ciudades
cayendo sobre masas
sin rostro y sin pasado.
Sólo los mares sumergiendo arenas
de innumerables playas atestadas.
Sólo los pasos del poeta entre las calles
buscando con los ojos un rostro que no existe.
Sólo la multitud, sólo el derrumbe
de ese sol machacando las aceras.
Y un corazón que se desgarra
gritando nombres que no están
que jamás estuvieron
sobre el mapa incorrecto de las plazas desiertas.
De Metropolicromía
Llegue aquí porque buscaba un poema que leí hace algunos años-XXIII-decía algo así como: "En una ciudad de rostros grises sólo el tuyo la ilumina."
ResponderEliminarGracias por el encuentro en estas plazas desiertas. Son muchos nombres los que no están. Pero peor son los de aquellos que están y no contestan.
Mucha salud Sergio!
Gracias por tu visita, María.
EliminarY también por tus palabras. Entre los nombres que no están y los que no responden podríamos llenar una metrópolis.
Un saludo afectuoso.