Cine
Cuando entran en contacto el ojo del espectador y la imagen, se produce una combustión.
Al terminar la película, algunos arrojan las cenizas al mar.
Otros las atesoran en una urna, para resguardarlas del olvido.
El sabio escoge unas pocas y esparce el resto.
Ajeno a ese trajín, el caminante aspira el humo y retoma el sendero.De Prosas breves
Publicado en Con voz propia y en el libro electrónico Camino al Andar
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