A veces sé que tiene frío, que sufre, que le pegan.
(Lejana. Julio Cortázar)
(Lejana. Julio Cortázar)
Como si fuésemos inmunes
miramos el entorno y nada vemos.
Vivimos encerrados
en nuestro mundo invulnerable
nuestra pequeña burbuja de cristal
donde no llega el eco
de los lamentos desgarrados
(como si todo ello no formara
parte de nosotros mismos,
como si esos rostros famélicos o atroces
no fuesen un reflejo abominable
de nuestros propios rostros impasibles)
Encerrados en el cuadro que pintamos
para obviar los colores imperfectos.
Y nos olvidamos.
Irreparablemente.
Nos olvidamos del otro:
ése que sin siquiera percatarse vive
el reverso de nuestra existencia
mientras reímos y jugamos y nos emborrachamos
como si fuésemos inmunes.
miramos el entorno y nada vemos.
Vivimos encerrados
en nuestro mundo invulnerable
nuestra pequeña burbuja de cristal
donde no llega el eco
de los lamentos desgarrados
(como si todo ello no formara
parte de nosotros mismos,
como si esos rostros famélicos o atroces
no fuesen un reflejo abominable
de nuestros propios rostros impasibles)
Encerrados en el cuadro que pintamos
para obviar los colores imperfectos.
Y nos olvidamos.
Irreparablemente.
Nos olvidamos del otro:
ése que sin siquiera percatarse vive
el reverso de nuestra existencia
mientras reímos y jugamos y nos emborrachamos
como si fuésemos inmunes.
Terrible realidad.Hoy como nunca la crueldad y la indiferencia se han vuelto moneda común.
ResponderEliminarHola, Marta. Por desgracia es así. Este siglo debería ser el de la igualdad, la tolerancia, la solidaridad. El de la madurez del hombre nuevo que soñó Guevara. Pero, por el contrario, parece que se acentúa el individualismo, el egoísmo, el aislamiento, crúel paradoja si tenemos en cuenta que hoy, más que nunca, las herramientas de comunicación e interacción son múltiples. El problema parece ser, como siempre, el alma humana, el horror del que nos habla Conrad desde su corazón de las tinieblas. Gracias por pasarte por aquí y un cordial saludo.
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