16 de diciembre de 2011

Astros negros


Hay una muchedumbre de astros negros celestes
allende las fronteras que idearon los dioses,
allá donde los niños y los ancianos héroes
juegan sin entusiasmo a juegos no inventados
y las blancas alas de los serafines proletarios
dibujan círculos rectangulares en pos de un ángel
que, mudo, sonríe con maldad infinita
contemplando el tragicómico deshojar de margaritas
de las enamoradas vírgenes armadas de compases y pestañas.

(¡Ah, no!. No me digáis que el escenario está vacío
y los gusanos ya volaron en busca de otros muertos)

Raudos trenes expresos transportan inexpresivos
las tardías sensaciones de los recién nacidos
condenados a viajar perpetuamente en el vagón de cola
o en abrasantes utilitarios desparramados
por las derretidas venas de una vasta metrópoli
mientras se desploman aviones de un cielo tormentoso
entre humo terror y sangre y llamas.

¡Todo es noche incendiada!
¡Todo es infierno y caos!
¡Todo es un sanguinario pico destronando
las absurdas esperanzas de los cielos!

Hoy quisiera contar que entre soles y estrellas
una niña fugaz sonríe tristemente.
___________________________Quisiera
convencerme de la inocencia de las flores,
del vago resplandor de los espejos
que largamente reflejan la nada que nos cubre.
Quisiera decir sencillamente "hasta mañana"
y amanecer sin un rasguño al otro lado,
mas la noche, burlona, jugó sus cartas marcadas
y su canción anuncia que nunca volveremos.

Despertar
__________es la temible venganza de las nubes.


De Extrañamientos y rescates
Publicado en Arte Poética, en la web de Isabel Miralles y en la antología Poemas Quietos.

4 comentarios:

  1. Una estupenda visión poética de aquello que nos inquieta a todos, el después, el más allá, el nunca más. Excelente poema, Sergio.

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  2. Creo que inquietud es la palabra, Pilar, en efecto. Gracias y un abrazo.

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    Respuestas
    1. Hoy estaba yo también de agujeros negros y estrellas apagadas, Sergio - un saludo: http://vanityfea.blogspot.com.es/2012/04/estrella-apagada.html

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  3. Cecilia. Ciertamente. De chico me gustaba. Su muerte fue un jarro de agua fría. El segundo en poco tiempo, ya que no mucho antes había sucedido casi lo mismo con Nino Bravo, que era otro de mis preferidos en ese tiempo que ahora veo tan lejano.

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