Y volveré a cruzar una vez más el puente. Mientras miro las torres de enmudecidas cúpulas, me tragarán las calles, esas calles angostas en las que todo cabe; esas calles antiguas donde todo es silencio y las almas en pena vagan sobre la piedra sin que nadie perciba su presencia allí bajo la niebla de los siglos donde toda presencia es un olvido.